En la Hogaño la Iglesia mantiene la enseñanza Paulina sobre la obligación de los fieles de contribuir espléndidamente con las micción de la Iglesia según sus posibilidades, pero la modo en que lo hacen no esta definido por la condición. Algunos en la Iglesia recomiendan el diezmo, como una forma de establecer una contribución proporcional a las ganancias.
Con el sentido amplio del mandamiento cumplimos cada ocasión que ayudamos a nuestra parroquia o capilla a los gastos de culto, de construcción o de caridad: nuestra “limosna” de la ceremonia dominical, el suscripción de un estipendio, el participar en una kermés o en una rifa.
No acumulen para ustedes tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido corrompen, y donde los ladrones se meten y roban.
Lo importante es: Esta frase se utiliza para centrar la discusión en lo que se considera crucial en un tema específico.
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Un ejemplo del uso de aquella sería el ulterior: «El presidente del gobierno tuvo que abandonar la reunión porque recibió una citación de suma importancia».
En síntesis: Es más importante ejercitarnos en los principios fundamentales de la Condición a través de lo que nos revela el espíritu de la documento, que caer en el mismo pecado de hipocresía como los escribas y fariseos.
Este compromiso popular frente a los problemas del desarrollo y la pobreza asimismo destaca la importancia de sustentar los equilibrios macroeconómicos y el imperativo de vigorizar la cohesión social y la democracia.
Estos tipos de diezmos eran recaudados por un recolector o colector para luego entregarlos a las autoridades eclesiásticas pertinentes. Una oportunidad el diezmo era recaudado, se procedía a dividir su destino en tres partes iguales:
Por ejemplo, un estudiante de inglés puede considerar muy importante educarse los verbos irregulares para un examen, mientras que para determinado que no necesite estudiar inglés, estos verbos no tienen importancia.
Todos y cada unidad de estos casos compartían la misma finalidad: cobrar una especie de impuesto para subsidiar las parroquias e iglesias (cristianismo católico) de su imperio o gobierno.
Debe entonces quedar claro que, al no precisar una cuota, la Iglesia no exime de la obligación de contribuir, al contrario, nos enseña que el cristiano debe topar a la medida de Cristo y por apego a El, según las necesidades de la Iglesia y sus propias posibilidades.
El punto 8° nos dice poco más acerca de la ofrenda; sabemos que es voluntaria y no obligatoria como el diezmo; por consiguiente debe ser meditada,
Dios no desea que demos por acertar o por nutrir la apariencia delante los hombres. Nuestro acertar debe surgir de un corazón que desea placer a Continued Dios, Pastor cristiano que desea contribuir con la Neutralidad, mostrar misericordia y crecer en la Certeza.